T4 Aeropuerto Adolfo Suarez (6)El aeropuerto de Madrid, nuestro aeropuerto de Barajas, que desde el 26 de marzo de 2014 ha pasado a llamarse Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid–Barajas, en honor al fallecido presidente de gobierno, Adolfo Suarez, abrió sus puertas en 1933.

Desde entonces no ha parado de crecer y ha sido ampliado en varias ocasiones. La más significativa en 1997, Aena convocó un concurso resultando ganadora la propuesta del arquitecto británico Richard Rogers en colaboración con el madrileño Estudio Lamela, el fruto la T4.

Es un magnífico ejemplo de la arquitectura High Tech, característica del arquitecto Richard Rogers. Un estilo con una fuerte expresión técnica, donde las formas se acomodan a la función, la estructura se mantiene visible y el vidrio es un material dominante. Se plasma una concepción del edificio como si fuera una máquina y un especial interés por una arquitectura clara y transparente. En su obra destaca su versatilidad para acoger las demandas de los usuarios y crear espacios utilitarios.

La nueva terminal entro en funcionamiento a comienzo del año 2006.
El plano del proyecto cuenta con un edificio principal y otro satélite, dos pistas nuevas, zonas de estacionamiento, un tren que comunica el edificio principal y el satélite.
El edificio está organizado en módulos, con una cubierta ondulante que posee una serie de lucernarios que permiten el acceso de la luz natural, un gran logro que hace que la terminal sea muy agradable. La cubierta está realizada con una estructura metálica, recubierta por el interior en bambú. La estructura se soporta en vigas de contornos sinuosos, sostenidas por pilares con forma de V, con ciertas reminiscencias orgánicas, que se yerguen sobre bases de hormigón.
La fachada de vidrio está surcada por tensores que tensan la cubierta. La zonificación se logró mediante el empleo de colores diferenciados en las columnas que sostienen el techo identificando los diversos espacios y las diferentes zonas de la Terminal.

Los criterios de sencillez, economía y flexibilidad fueron claves en el desarrollo del proyecto, se buscaba reducir el impacto ambiental, reducir el consumo de energía y disminuir la emisión de gases contaminantes. No en vano, son una constante en la obra de Rogers, su defensa del rendimiento energético y de lo sostenible han dejado huella en la profesión.

Richard Rogers fue galardonado con el Premio Pritzker en el año 2007. Este galardón esta considerado el Nobel de la arquitectura.

En esta época veraniega que aumenta el número de  nuestros viajes quizás alguno de ellos pase por la T4, esperamos que la mires con otros ojos.

Por cierto, a la vez que se hizo esta ampliación, se mejoraron las comunicaciones de transporte público al aeropuerto, llegó el metro y también el tren de cercanías. Este último es la opción más económica para llegar desde el centro de Madrid al aeropuerto.

Un abrazo.