Rumanía es un país cercano y, a la vez, muy desconocido. En España convivimos con un millón de rumanos. Pero, ¿qué sabemos nosotros de su país? ¿Cuántas ciudades rumanas seríamos capaces de mencionar? ¿Qué sabemos de su agitada historia más allá del abrupto final de la dictadura de Ceaucescu? ¿Cuántos lugares nos suenan de Rumania que merecen una visita?
Su cultura y su lengua son una mezcla del Mediterráneo y del mundo oriental. Su naturaleza, un conjunto de parajes de belleza arrebatadora, donde muchos espacios naturales se encuentran bien conservados.
Hablar de Rumanía es hablar de una compleja historia, de mitos como el del Conde Drácula y de acontecimientos más recientes que agitaron la historia europea.
El patrimonio rumano es muy desconocido, al menos siete sitios o monumentos pertenecen al Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Su capital, Bucarest, recupera poco a poco su esplendor de antaño y de influencia francesa. Las calles del centro están siempre animadas. Estamos en un país pacífico y muy seguro, ideal para disfrutar al aire libre en cualquier lugar y en todos los sentidos.
Recorrer el país supone adentrarse en lugares de gran belleza natural y así como descubrir en su mundo rural oficios, tradiciones y costumbres orgullosamente preservados.
Naturaleza exuberante a descubrir.
Las costas del Mar Negro con sus balnearios turísticos de la época comunista se recuperan y comienzan a ofrecer estupendas vacaciones en un entorno bello. El delta del Danubio, ese gran río europeo que tanto gusta a los cicloturistas, es un espacio natural de primer orden. Los Cárpatos dividen al país en dos, sus montañas harán las delicias de los ciclistas y senderistas y son prácticamente desconocidos fuera de Rumanía.
Gastronomía
La cocina rumana, en la que confluyen múltiples y dispares influencias, es el reflejo de otras manifestaciones de la vida de este gran país, encrucijada de culturas y tradiciones muy diversas. La cocina rumana tiene sin duda origen balcánico, si bien se ha visto claramente influenciada por las cocinas rusa y turca, los ecos de la gastronomía occidental, especialmente la húngara y francesa, y la gran variedad de productos locales, derivados de la fertilidad de esta tierra
La repostería refleja las mismas influencias, destacan los hojaldres ya sea al estilo turco o germano.
La bebida típica de Rumanía, y también la preferida de los rumanos, es la Tuica, un aguardiente de ciruela que se bebe sobre todo como aperitivo. La cerveza rumana es una bebida apreciada, pero el verdadero orgullo del país son sus vinos, una amplia selección excelente por su variedad y calidad. El cultivo tradicional de la vid en Rumanía se remonta a la época de los dacios, y desde entonces conserva una cepa autóctona que produce un vino blanco llamado feteasca.
Todo esto nos animó a proponer un viaje en bici por Rumanía.
Nuestro viaje en bici por Transilvania
Nuestra semana de viaje en bicicleta nos permitirá conocer y comprender, con calma, la herencia de Transilvania, una mezcla interesante y sorprendente de las diferentes influencias.
Transilvania (la tierra más allá del bosque) es un espacio multicultural donde conviven desde hace siglos diferentes naciones que hablan diferentes idiomas, con diferentes costumbres y tradiciones, que realzan la belleza y el encanto de la zona. El multiculturalismo ha permitido preservar hasta hoy restos de distintas civilizaciones. Transilvania abarca toda la zona central de Rumania, una hondonada rodeada de colinas y montañas, los Cárpatos.
Es, con mucho, la provincia rumana más romántica.
Situada en el corazón de Rumanía, Transilvania tiene un relieve que va desde las colinas y lagos del norte, a los valles boscosos del sur. Montañas enlazadas por el tiempo, corrientes cristalinas, densos bosques, iglesias de madera, castillos legendarios,… los recuerdos de una historia llena de acontecimientos. A nuestro paso encontraremos muchos lugares interesantes: estaciones de deportes de invierno, senderos, parques nacionales y naturales, fascinantes ciudades medievales, museos de arte y un alojamiento y gastronomía de calidad.
Aquí se sitúan algunas de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa, como es el caso de Brasov, nuestro final de viaje, cuyo casco antiguo parece un pequeño pueblo, con bellos edificios que atesoran siglos de historia, calles adoquinadas y plazas barrocas, zonas cerradas al tráfico en las que vale la pena pasear sin un rumbo fijo.
Aquí tienes más información sobre nuestro viaje en bicicleta en Rumanía.
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