Fuente-del-Berro-(16)Jardín histórico del siglo XVII, y de propiedad municipal desde 1954. El jardín de la Quinta de la Fuente del Berro, es una delicia, dispone de espléndidos ejemplares arbóreos, cuatro de ellos declarados árboles singulares, el monumento de la Fuente del Berro, aguas que en sus orígenes proveyeron a la casa real desde el siglo XVII, los sucesivos reyes se aseguraron la propiedad del agua, a pesar de los cambios de propietarios de la finca. En la actualidad tiene seis puertas: 2 al oeste que conectan el jardín con la colonia de la Fuente del Berro, 3 al norte que lo comunican con el parque de Sancho Dávila y 1 al sur en la Calle O´Donnell.

Una finca junto al arroyo Abroñigal es el germen del parque. Bernardino Fernández de Velasco, duque de Frías y conde de Haro, condestable de Castilla, se hizó con la propiedad de diversas parcelas para crear una quinta, de nombre de Miraflores, de Frías o Huerta del Condestable.

En 1630, Felipe IV compró la finca por 32 000 ducados, contenía una casa con jardines, huertas, tierras de labor, viñas y arboledas compuestas de gran cantidad de árboles frutales, cipreses, álamos y moreras, merced al arroyo Abroñigal.

En 1640 la finca fue cedida a unos monjes benedictinos castellanos, tras ser expulsados del monasterio de Montserrat por el levantamiento contra el poder real. Sin embargo el agua de boca se reservó para la Corona.

Nuevo cambio en 1703, la finca fue comprada por María Trimiño Vázquez de Coronado, adelantada de Costa Rica. Se realizaron mejoras en las conducciones de agua y de riego fundamentalmente para regar las huertas. Años más tarde dejó la finca a la Obra Pía de los Padres Mercedarios Calzados, si bien la corona seguía reservándose el derecho sobre sus aguas y el mantenimiento de la fuente. Carlos III mandó proteger la fuente con una casilla, y desde entonces se comenzó a denominar  fuente del Rey.

El agua de la fuente del Berro fue considerada por la familia real española, desde Mariana de Austria, como una de las mejores de Madrid.

Martín Estenoz adquiere la finca en mayo de 1800, salvo la casa y la fuente del Rey, y comienza a levantar la tapia de la finca, cuyo perímetro será el definitivo. A finales del XIX sufre una transformación radical y se convierte en un parque de recreo denominado los Nuevos Campos Elíseos. Siguen unos años convulsos y nuevos cambios de propiedad hasta que es adquirida por el ayuntamiento de Madrid.

Dentro del jardín podemos encontrar varias estatuas, la de Alexandr Pushkin, gran poeta ruso que, además de dramaturgo y novelista.

La escultura de bronce, del artista ruso Oleg Komobt, fue un regalo de la ciudad de Moscú a la capital de España. España correspondió con una Estatua de Miguel de Cervantes, réplica de la que hay situada frente al Congreso de los Diputados. Instalada en el Parque de la Amistad, de Moscú.

También un conjunto dedicado a Becquer y otra estatua de Enrique de Iniesta, famoso violinista y profesor de virtuosismo en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.

Sin duda tenemos que destacar esos cuatro árboles singulares, el enebro de Siria, ejemplar único en Madrid. un cedro del Atlás y otro cedro del Libano, también catalogados como singulares y un ciprés de Portugal incluido en el catalogo. Sólo ellos, bien merecen una visita, pero hay mucho más. A mi me encanta un gingo de gran porte y el ambiente que se respira, personas jugando al ajedrez, corriendo, leyendo.

Una isla de paz en medio del bullicio de Madrid.

Un abrazo.