La Puerta de Toledo era una de las puertas de acceso a la ciudad de Madrid, la antigua entrada a la capital desde Andalucía. Daba acceso desde el centro de la ciudad por la calle de Toledo a los caminos del sur de Madrid (Camino Real de Andalucía), tras cruzar el cauce del río Manzanares mediante el puente de Toledo y los Carabancheles.
Con sus 19 metros de altura y construida en granito, se inauguró en 1827, fue la última puerta monumental que se levantó en Madrid. Comenzó a erigirse en 1812 por orden de José Bonaparte. Tras la retirada del ejército francés de España, un año después, las obras continuaron, y la Puerta de Toledo se empleo como el lugar de recepción del rey Fernando VII, como así queda recogido en uno de los frisos. Una conmemoración de la independencia española tras la ocupación francesa.
La Puerta consta de un arco central de medio punto, dos puertas adinteladas y decoración con columnas. Tiene un grupo de esculturas en lo alto y un escudo de armas de la Villa. Diseñada por el arquitecto español Antonio Aguado.
Existieron con anterioridad otras tres puertas denominadas de Toledo en las cercanías. Fue restaurada por el Ayuntamiento de Madrid en 1995.
Junto a la Puerta de Toledo se ubicó durante años (desde 1934 hasta 1982) el Mercado Central de Pescados y Mariscos, una obra de estilo racionalista del arquitecto Francisco Javier Ferrero en la que solemos hacer una de las paradas en nuestra ruta en bicicleta de Mercados de Madrid y al que dedicaremos otra de las entradas de 365 días en Madrid.
Un abrazo.
Deja tu comentario