En la familia de los Fernán Núñez y tras la disolución del linaje Zapata, recayó el condado de Barajas en el primer tercio del siglo XIX. Ya conocemos la importancia de la familia y hemos visitado el Palacio de Fernán Núñez en la calle Santa Isabel. Su nombre también aparece en el Paseo de Fernán Núñez en el Retiro desde la Cuesta de Moyano hasta la Estatua del Ángel Caído. Hoy volveremos a fijarnos en esta familia, concretamente en el Panteón de Fernán Núñez ubicado en la Alameda de Osuna. Se encuentra en un promontorio entre las calles Manuel Aguilar Muñoz y Joaquín Ibarra, al lado del Castillo de la Alameda.
Parece que la decisión de construir el mausoleo se tomo tras la muerte, con solo diecisiete años, de Isabel Falcó y Osorio, el 8 de Mayo de 1875. La tercera duquesa opta por erigir el panteón para acoger los restos de su hija y encarga el proyecto a Francisco de Cubas y González, Marqués de Cubas. La obra se realiza en 1879.
Finalmente sirvió para el enterramiento de los miembros de la familia y también fueron enterrados aquí su padre en el año 1892 y su madre la duquesa en el año 1921 y el resto de duques de Fernán Núñez.
En la entrada podemos ver un arco apuntado, señal del estilo neogótigo de la construcción, sobre él, se sitúan el escudo ducal, una espadaña con campana y una cruz como, es la única decoración exterior.
La capilla tiene una planta rectangular, sobre la que se levanta una bóveda de crucería, cubierta exteriormente por un tejado a dos aguas, dividida en tres tramos a los que se suma otro que hace las veces de sacristía, situado tras el altar mayor. En ese espacio se dispone una escalera por la que se tiene acceso a la cripta, ubicada bajo la nave.
El interior es también bastante sobrio, destacan cuatro grandes mausoleos, dispuestos dos a cada lado de la nave bajo los huecos de la bóveda. Son obra del escultor Elías Martín Riesco que trabajó también en otras ocasiones para los duques.
Todo el conjunto está rodeado por un muro de ladrillo y piedra, la piedra salió del castillo que se uso como cantera, tanto aquí como en el cercano Parque del Capricho.
Una excusa más, si es que necesitábamos alguna, para acercarnos a visitar todos los atractivos de la Alameda de Osuna.
Un abrazo.
Deja tu comentario