Nos vamos a situar hoy muy cerca de El Retiro. En la confluencia de las calles de Alcalá y O’Donnell frente al parque se erige desde 1886 una estatua del General Baldomero Espartero a caballo. Fue realizada por el escultor catalán Pablo Gibert y Roig.
Gibert y Roig ganó, en 1884, un concurso convocado para erigir una estatua ecuestre a Espartero, con su modelo titulado «Gloria al Pacificador». El escultor eligió el momento en el que el Duque de la Victoria entró triunfalmente en Madrid tras la firma del Convenio de Vergara, cuyo documento lleva en la mano izquierda al tiempo que sujeta las riendas del caballo.
El género ecuestre, fue un género muy popular en la escultura en España durante el siglo XIX. En esta ocasión Espartero viste uniforme de gala y luce numerosas condecoraciones, incluido el toisón de oro.
La escultura, elevada sobre una base de granito escalonado y un pedestal rectangular de piedra blanca, contiene una leyenda en el frontal:
“A/ESPARTERO/EL PACIFICADOR/1839/LA NACION AGRADECIDA”.
En los laterales, podemos ver sendos relieves decorativos con escenas de La batalla del puente de Bolueta y El abrazo de Vergara.
Pero no podemos olvidarnos del atributo más famoso del monumento, que son los testículos del caballo. Así en referencia a ellos se dice: “Más cojones que el caballo de Espartero” para ensalzar el valor de alguien. Tanto es así que cuando en Granátula de Calatrava, pueblo natal de Espartero, decidieron levantarle una estatua en los años 90, el alcalde fue a ver al escultor, José Lillo Galiani, a su taller y al ver el modelo en arcilla, le dijo que estaba bien, pero que al caballo le pusiera más…
Con idea de superar a las de Madrid y Logroño, ambas de Gibert y Roig de finales del XIX.
Un abrazo.
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