La muralla islámica de Madrid, también conocida como muralla árabe de Madrid, (Mayrit en árabe) es un elemento muy interesante de la historia de la ciudad. Por desgracia solo se conservan algunos restos. Casi con toda seguridad son la construcción en pie más antigua de la ciudad. Se edificó en el siglo IX, durante la dominación musulmana de la Península Ibérica, el Emir Mohamed I (hijo de Abderramán III) ordenó construir una atalaya en un promontorio situado junto al río Manzanares, en el lugar donde hoy tenemos el Palacio Real. Formaba parte de una fortaleza, alrededor de la cual se fue desarrollando el núcleo urbano de Madrid. En aquella época formaba parte del sistema defensivo de atalayas a lo largo del valle del Tajo y hacia la sierra de Guadarrama que controlaban el avance de las tropas cristianas por Somosierra, Tablada y La Fuenfría hacia Segovia, o Toledo.
La muralla, construida en pedernal y abarcando una extensión de 9 hectáreas de terreno, tenía 3 puertas, además de un portillo que se ha descubierto recientemente en las excavaciones cercanas a la Plaza de la Armería, dentro del palacio Real. La muralla no fue descubierta hasta 1950 por el arabista J. Oliver Asín. También le debemos a Asín la explicación más plausible del nombre de Madrid “Para Jaime Oliver Asín —así lo detalla en 1954, en un trabajo patrocinado por el Instituto Miguel Asín del Consejo Superior de Investigaciones Científicas— Matrice ha sido el primer nombre de la Villa, un Madrid premusulmán, y que hacía alusión al arroyo (madre, madre de aguas, matriz de aguas) que corría por el vallejo que actualmente es la calle de Segovia. Este nombre primitivo —según Oliver Asín— debió, con la invasión islámica, cambiar a Mayrit, formado por la palabra árabe mayra (madre, matriz) y el sufijo iberorrománico “it”.
Los restos más importantes, con un interés más arqueológico que artístico, se hallan en la Cuesta de la Vega, junto a la cripta de la Catedral de la Almudena. Han sido integrados en el parque Emir Mohamed I, llamado así por Mohamed I de Córdoba, considerado el fundador de la ciudad.
En la calle Mayor, en el número 83, junto al viaducto que salva la calle de Segovia, se mantienen en pie las ruinas de la Torre de Narigües, que probablemente hubiese sido una torre albarrana, con una localización separada de la muralla propiamente dicha, pero unida a ésta a través de un muro. Su función era la de servir de otero.
La Puerta de la Vega, que sería muy parecida a la Puerta de la Bisagra, en Toledo y una de las dos puertas por donde se dice que entró Alfonso VI a Madrid; la otra posible entrada es por la de Guadalajara. Tenemos los cimientos de su torre defensiva derecha en el lienzo de muralla existente en la Cuesta de la Vega, en el parque del Emir Mohamed I. Este lienzo, tiene unos 120 metros de largo, 8 de alto y 2 de ancho. Cuenta con un portillo y se pueden adivinar en él 6 torres, de las que 4 aún están en pie. En el parque, también podemos observar la maqueta de las murallas árabe y cristiana.
En el siglo XX, algunos restos fueron destruidos debido a la construcción de nuevas viviendas en la zona. Los lienzos existentes a la altura del número 12 de la calle de Bailén se perdieron con la construcción de un bloque de viviendas, si bien algunos muros se integraron en la estructura del edificio, en su parte inferior. La remodelación de la Plaza de Oriente, finalizada en 1996 durante el mandato de José María Álvarez del Manzano, significó el descubrimiento y posterior desaparición de numerosos restos. No es el caso de la atalaya conocida como Torre de los Huesos, cuya base se exhibe en el aparcamiento subterráneo de la plaza de Oriente.
En las excavaciones que se realizaron en la zona comprendida entre la Plaza de la Armería del Palacio Real y la Catedral de la Almudena, para construir el Museo de las Colecciones Reales, aparecieron restos de la muralla de unos 70 m de longitud y torres árabes que, por su disposición, muestran que el castillo árabe y la muralla no estaban unidos, siendo aquel externo a ésta. Parte de los restos podrían corresponder a la Puerta de la Sagra, uno de los accesos al recinto amurallado. Asimismo, se han encontrado restos de casas musulmanas, las primeras que aparecen en Madrid.
El parque del Emir Mohamed sólo abre fines de semana y festivos de 10 a 21h. Vale la pena darse un paseo y recorrer estos muros que forman parte de la historia de nuestra ciudad.
Un abrazo.
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