Cómo ya nos ha pasado con El Retiro o la Casa de Campo, el Jardín Botánico de Madrid lo tendremos que revisitar en varias ocasiones en 365 días en Madrid. Hoy nos centraremos en su historia.
El primer Jardín Botánico en Madrid, lo mando construir Felipe II en Aranjuez cerca del Palacio Real. Su hijo, Felipe III contó un jardín de plantas medicinales en la Huerta de la Priora, junto al Alcázar. No hay que olvidar que en aquella época, botánica y farmacia estaban íntimamente unidas.
Posteriormente, Fernando VI, el 17 de octubre de 1755, funda el Real Jardín Botánico de Madrid en la Huerta de Migas Calientes, en las inmediaciones de lo que hoy es Puerta de Hierro, junto al camino de El Pardo, a orillas del río Manzanares. Ordenó su construcción para albergar las más de 2.000 plantas recogidas por toda la Península por Quer o intercambiadas con otras instituciones europeas.La persona que acometió está tarea fue el Boticario Mayor de Felipe V, Luis Riqueur. El Rey cede el jardín, para su uso como Jardín Botánico de la Corte en 1757. Instalan aquí el jardín que el botánico José Quer creó, fruto de sus viajes con el ejército por la Península Ibérica, Norte de África e Italia. José Quer, Juan Minuart, José Ortega y José Martínez Toledano, ocupan su consejo directivo, todos ellos boticarios, junto a ellos el Doctor Suñal, Primer Médico de Cámara
En 1777,el rey Carlos III ordena el traslado del Jardín Botánico, al Viejo Prado de Atocha, una zona de huertas y olivares en las afueras de Madrid. Se inaugura en 1781. Nombran como Primer Catedrático a Casimiro Gómez Ortega, que es farmacéutico y es quien se encargó del traslado, y a Antonio Palau, también farmacéutico, Segundo Catedrático. Continúa la relación botánica y farmacia.
Carlos III quería dar forma a su gran proyecto. El arquitecto Sabatini y Juan de Villanueva fueron los artífices del mismo.
Desde el inicio se diseñaron expediciones científicas a las Américas y al Pacífico para recolectar herbarios y nuevas especies.
El espíritu ilustrado favoreció esas expediciones, que estaban financiadas por la corona. Se recolectaban ejemplares de floras y faunas locales, de todas se realizaban dibujos, para su posterior estudio. Los siglos XVIII y XIX, sirvieron para hacer crecer las colecciones científicas, la biblioteca. El Botánico se convierte en una referencia internacional de enorme valor científico en el estudio del reino vegetal.
Expediciones científicas históricas fueron la del Orinoco, al Virreinato del Perú, a Nueva Granada, Filipinas, al Virreinato de Nueva España, Expedición a Malaespina, Guantánamo, etc… Para los inicios del XIX, el Real Jardín se ha convertido en uno de los más importantes botánicos de Europa, por sus colecciones científicas y por el trabajo de su director, Antonio José Cavanilles.
La Guerra de la Independencia en 1808, causa estragos, el Jardín cae en el abandono. Se deteriora por completo. Sufre diversas remodelaciones, pierde una gran parte de su terreno.el espacio donde hoy se ubica el Ministerio de Agricultura.
Por suerte, a pesar de todo, transcurridos más de dos siglos desde su fundación, podemos seguir disfrutando de uno de los lugares más hermosos de la ciudad, en el centro de Madrid.
Nos quedaremos hoy aquí, otro día hablaremos de su estructura, de sus especies, de sus árboles singulares: La primavera ya está en Madrid, ¿a qué esperas para volver al Real Jardín Botánico?
Un abrazo.
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