La iglesia de San Sebastián fue una de las más importantes de Madrid. ubicada en la calle Atocha 39 tuvo entre sus feligreses a mucha gente importante y buena parte de los habitantes del barrio de las Letras pasaron por allí, al menos en sus funerales. La construcción del templo se inició en 1554 a cargo del maestro Antonio Sillero, alarife de la Villa de Madrid. Los problemas económicos retrasaron la finalización de las obras hasta 1578.
El templo fue embelleciéndose , aumentando el número de capillas e incorporando numerosas obras de arte. Aquí fue enterrado Lopé de Vega, aunque quiso el destino que la persona encargada de pagar los derechos de uso de la cripta, dejara de hacerlo, los huesos de Lopé acabaron en un osario y se perdieron como los de Cervantes o Velázquez. Aquí también se casó Mariano José de Larra o se celebró el funeral de José Espronceda, la lista de personajes conocidos es abultada.
A poco de comenzar la Guerra Civil, en el verano de 1936 la iglesia fue asaltada e incendiada, todo fue destruido, perdón, por suerte todo no, el importante archivo parroquial se salvó, una gran base de datos que nos ofrece información a lo largo de varios siglos. Pero no acabó aquí la desgracia para la iglesia, en la noche del 19 al 20 de noviembre la aviación del bando nacional lanzo una potente bomba sobre la iglesia, como se hacía sobre todo Madrid. Gran parte de la iglesia quedó derruida, en pie resistió la cabecera del templo, alguna capilla, la portada y la torre de las campanas (que posteriormente el ayuntamiento hizo derribar, con idea de ensanchar la calle San Sebastián, y que nunca se recuperó)
Posteriormente fue restaurada por el arquitecto navarro Francisco Íñiguez Almech entre los años 1943 y 1959. Este aquitecto estaba especializado en la restauración de arquitectura antigua. Así hoy podemos ver prácticamente dos iglesias, la nueva y la antigua.
Hay una última sorpresa, sobre lo que fue el cementerio de la Iglesia de San Sebastián, en la confluencia de la calle Huertas con la plaza del Ángel, la familia Martín decidió instalar, después de que el cementerio dejará de estar en uso, una de las primeras floristerías de Madrid, nada menos que en 1889: “El Jardín del Ángel”.
Mucha historia que contar todavía.
Un abrazo.
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