La Iglesia de San Ginés de Arlés es una de las más antiguas de nuestra ciudad y también una de las más conocidas, dada su céntrica situación, en plena Calle del Arenal. Sus orígenes se remontan al siglo XII, aunque su estructura definitiva es resultado de las actuaciones desarrolladas a partir de 1645, a las que siguieron otras en los siglos XVIII, XIX y XX. En 1868 en el contexto reformista que vivía el urbanismo madrileño de esa época, estuvo a punto de ser demolida, por indicación expresa del ayuntamiento.
El templo se estructura a través de tres naves separadas con arcos de medio punto sobre pilares, amplias capillas laterales, crucero y cabecera recta. Cubriendo la nave central, se alza una bóveda de cañón, tras la cual, sobre el crucero, se sitúa la cúpula sin tambor ni linterna, apoyada en arcos de medio punto. La fachada principal en la calle Bordadores (antigua calle de San Ginés), es de estilo neoclásico, con portada neoplateresca en las fotos que mostramos se puede ver la entrada por la que se entra al templo en la calle Arenal.
Fue una parroquia muy popular. Hay información sobre muchas personalidades conocidas en el Archivo Histórico de San Ginés, por ejemplo se conservan las actas de bautismo de la Infanta Catalina Micaela, segunda hija de Felipe II e Isabel de Valois, de don Francisco de Quevedo y Villegas del 26 de septiembre de 1580 y del matrimonio de don Félix Lope de Vega Carpio con doña Isabel de Urbina el 10 de mayo de 1588.
La iglesia conserva un rico patrimonio documental y pictórico, con obras de artistas de la talla de El Greco, Alonso Cano, Francisco Ricci o Alonso de los Ríos. Los sábados se realizan visitas guiadas a El Greco de 10:00 a 11:00 y de 11:30 a 12:00 horas. La obra que se muestra es “La expulsión de los mercaderes del templo”, también conocido como “La purificación del templo”, considerado uno de las mejores trabajos de El Greco. Probablemente es el lienzo más relevante de la ciudad de Madrid fuera de un museo.
La obra llegó a Madrid en 1700, cuando fue donado a la Parroquia de San Ginés. La historia quiso que acabara escondido dentro de un cajón, al ser retirado de la capilla en la que estaba situado. Nos olvidamos del cuadro y de quien lo había pintado, se pensó que era falso, quizás del hijo de El Greco o de algún discípulo. Pero Madrid tuvo suerte, en 1998 el Instituto del Patrimonio Histórico Español reparó en la obra y, tras una investigación, procedió a su restauración. Entonces se descubrió la firma de El Greco, oculta y convenientemente disimulada dentro de la escena. Una joya.
Te recomendamos visitar San Ginés en tu próximo paseo por la Calle Arenal.
Un abrazo.
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