La iglesia de la Paloma se alza sobre el solar de una primitiva capilla erigida a finales del siglo XVIII en la calle de la Paloma número 19, muy cerca de la Puerta de Toledo. La capilla fue derribada en el año 1896 y sustituida por el templo actual, mucho más amplio, construido en estilo neomudéjar, con elementos neogóticos, especialmente en su interior. Es obra del arquitecto Lorenzo Álvarez Capra, quien trazó una planta de cruz latina, con dos naves laterales y una central, presidida por el altar mayor, donde se encuentra el lienzo de la Virgen de la Paloma. Se inauguró el 23 de marzo de 1912.
La fachada principal está formada por un cuerpo central con pórtico, a cuyos lados se elevan dos torres gemelas. Los materiales empleados son el ladrillo rojo y la piedra, reservada para algunos elementos como el pórtico.
Oficialmente es la iglesia de San Pedro el Real, nombre que proviene de la iglesia actualmente llamada de San Pedro el Viejo, instalada inicialmente en la Plaza de Puerta Cerrada y en la actualidad en la calle del Nuncio. Antiguamente esa iglesia de llamaba de San Pedro el Real. Pero al perder la categoría de parroquia en 1891, se trasladó a la capilla de la calle de la Paloma, ampliada y transformada para adaptarse a sus nuevas funciones parroquiales.
Con el traslado de la parroquia de San Pedro el Real a la de la Paloma, el edificio de la calle del Nuncio empezó a ser conocido como San Pedro el Viejo, para evitar confusiones entre los dos templos. Sin embargo popularmente se quedo con Iglesia de la Paloma.
Existe un documento firmado en 1791 por el entonces alcalde de Madrid, José Antonio de Armona y Murga, marqués de Casa García Postigo, en el que se relata que unos niños encontraron en un solar contiguo a la calle de la Paloma un lienzo, que representa a Nuestra Señora de la Soledad. Isabel Tintero, vecina de esta calle, se lo compró “por tres cuartos”, lo limpió y enmarcó, para colocarlo en el portal de su casa. Desde ese momento fue cobrando popularidad, hasta convertirse en un símbolo del Madrid más castizo.
En pleno verano, el 15 de agosto, se celebran las fiestas de la Virgen de la Paloma. La Virgen es transportada en procesión por un camión de bomberos. Al parecer el origen de esta tradición se remonta a la Guerra Civil. Al finalizar la Guerra no había carroza para transportar el lienzo y los vecinos pidieron ayuda a los cercanos bomberos para transportar a la virgen en su recorrido por el barrio. Así lo hicieron y hoy es la Patrona de los bomberos de Madrid. Son ellos quien baja el lienzo del retablo tras la misa y ellos también la devuelven a la iglesia tras la procesión.
Junto a la iglesia encontramos el Colegio de la Salle en el número 21 de la calle la Paloma. Fue fundado por la Junta de Damas de la iglesia de la Paloma. Actualmente depende de la Fundación Lara.
La iglesia bien merece una visita, con una disposición muy curiosa, fruto de su adaptación a las ideas del Concilio Vaticano II.
Un abrazo.
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