La historia de este hospital nos lleva a recordar a doña Adela de Balboa y Gómez. Una señora de familia noble que murió relativamente joven, en 1890, con sólo cuarenta y ocho años, sin parientes, legó sus bienes para crear  “una casa de salud para las enfermedades contagiosas… infecciosas de cualquier clase… y para enfermedades propias de la mujer” en las que se atendiera gratuitamente a “criados y criadas de esta Corte”.

Sus albaceas, Eduardo Castillo Piñeiro, médico y Casimiro Gómez Vildósola,  eligieron un lugar saneado al norte de la ciudad. Compraron una parcela, segregada de la tierra llamada “Chica de Amaniel”. El hospital está situado en el número 24 de actual avenida de Reina Victoria. Muy cerca se encuentra precisamente el acueducto de Amaniel.

Inició las obras el arquitecto José Marañón y Gómez Acebo en 1893. Tras su muerte, en 1900, continuó las obras, Daniel Zabala y Álvarez, finalizaron en 1908, ya estaba terminada la Casa de Salud San José y Santa Adela. El edificio en ladrillo visto, con elementos neomudéjares ,tan en boga en la época. Son cuatro pabellones y una capilla situada en el centro del pabellón central, con dos vías de acceso por los laterales. En medio, un jardín central, un oasis de paz ajeno al bullicio urbano.

Primero la reina madre, doña María Cristina de Habsburgo-Lorena y después la Reina Victoria Eugenia fueron presidentas de su patronato. Desde 1918 el patronato recayó sobre Cruz Roja que se encargo de la gestión del hospital. En 1918 se funda aquí la escuela de enfermeras, integrada en Cruz Roja Española, un empeño personal de la reina Victoria Eugenia de Battenberg.

El hospital acogió primero a los militares heridos y enfermos que iban llegando a la península procedentes de la guerra en el norte de África.Posteriormente a los de la guerra civil y tuvo también un papel importante en la reconstrucción de la estructura sanitaria en la posguerra.

Otro pedazo de nuestra historia.

Un abrazo.