La Estación del Norte fue una antigua estación ferroviaria de Madrid, y de las más importantes. Aquí estableció su estación central la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España (CCHNE), propiedad de los hermanos Pereire. En 1861 se construyeron unas instalaciones provisionales en el lugar donde luego se construyó la estación, con motivo de la inauguración del ferrocarril que iba desde Madrid a Irún. Este era el proyecto estrella de estos empresarios franceses, la línea Madrid-Irún, diseñada para continuar hasta Hendaya. Sus grandes competidores eran los Rothschild, que impulsaron la construcción de Atocha como corazón de su Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante.
Esta historia tiene unos antecedentes, como todas. En el año 1854 el gobierno de Espartero y Leopoldo O´Donell convocan al Congreso para crear la Ley General de Ferrocarriles, aprobada el 3 de junio de 1855. Una de las consecuencias de esta ley fue que la Línea del Norte se dividió en tres tramos:
1- Madrid a Valladolid por Ávila y Medina de Campo.
2- Valladolid a Burgos
3- Burgos a Francia por Miranda del Ebro.
Este hecho implicaba que para lograr toda la línea tenía que obtenerse la concesión de los tres tramos. En noviembre de 1855 los hermanos Isaac y Emilie Péreire logran la concesión del tramo de Valladolid a Burgos. En julio de 1856, la Sociedad de Crédito Mobiliario Español, fundada por los hermanos Péreire, obtiene la concesión de los otros dos tramos.
El 29 de diciembre de 1858 se fundó la Compañía de los Caminos del Hierro del Norte de España con un capital de 380 millones de reales. Así nació el proyecto.
La estación definitiva fue inaugurada en 1882, una vez que tras el fin de las guerras carlistas, la línea comenzó a funcionar a pleno rendimiento, convirtiéndose en una de las más destacadas de la red de Norte y también de Madrid. Intentando no quedarse atrás en su competición con Atocha —que ya había sido declarada estación central de Madrid—, la CCHNE levantó un edificio espectacular. Los ingenieros Biarez, Grasset y Ouliac, crearon una nave central y cubrieron las vías con marquesinas como las de las grandes obras de hierro y cristal de Europa. En 1926 se le añadió la cabecera del vestíbulo.
Durante la Guerra Civil Española quedo aislada en Madrid, recibió numerosos impactos de artillería y tuvo un papel importante en la Guerra.
Al final de la contienda se encontraba muy dañada y la quiebra de los Caminos de Hierro del Norte provocó que fuese integrada en RENFE. Tras la inauguración de la Estación de Chamartín comenzó su declive al ser traslado el tráfico ferroviario a la nueva estación.
En 1993 finalmente fue clausurada, siendo rehabilitada como un intercambiador y un centro comercial y tomo el nombre de Estación de Príncipe Pío.
Hoy sigue siendo un lugar mágico y aunque ahora llegamos allí en un tren de cercanías o nos encaminamos hacia el metro, hay mucha historia en este edificio.
Un abrazo.
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