En 365 días en Madrid intentamos darte a conocer historias y lugares de Madrid, unos muy conocidos y populares, otros mucho menos por estar situados fuera de los itinerarios turísticos o sencillamente porque no han sido suficientemente valorados. Este último domingo del año os queremos regalar una de esas sorpresas: la ermita de Santa María la Antigua en Carabanchel. Se encuentra en la confluencia de la Calle del Monseñor Óscar Romero con el Camino del Cementerio, junto a la tapia del Cementerio de Carabanchel. Para llegar hasta aquí una buena opción es el metro, está muy próxima la estación de Eugenia de Montijo de la línea 5. También muy, muy cerca del descampado donde se encontraba la cárcel de Carabanchel, demolida en 2008. El estado de conservación del área, bastante degradado y con ese aspecto tan común en las zonas periféricas de Madrid de espacio abandonado, poco cuidado, oculta y dificulta el reconocimiento del valor del patrimonio que atesora. Tratemos de ofrecer alguna luz sobre él.
Conservamos en Madrid algunos elementos del trabajo de esos magníficos alarifes mudéjares que trabajaron en la ciudad y por todo el territorio tras la llegada de los cristianos a finales del siglo XI, en la Comunidad de Madrid son conocidos los ejemplos de Camarma de Esteruelas, Valdilecha o Talamanca del Jarama. En la ciudad de Madrid son bien conocidos: la torre de la iglesia de San Nicolás, la torre de la iglesia de San Pedro y un edificio civil la Torre y la Casa de los Lujanes y nuestra protagonista de hoy, Santa María la Antigua, construida en el siglo XIII, fue la parroquia del pueblo de Carabanchel, en la época bajo la advocación de Santa María Magdalena. Tras la fundación de los Carabancheles, Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo como poblaciones independientes dejo de ser iglesia parroquial y fue convertida en ermita.
Santa María la Antigua es de planta rectangular y de pequeño tamaño, pero tiene el gran valor de que se ha preservado prácticamente completa, con su arquitectura primitiva. Fue realizada en mudéjar toledano, sobre un templo anterior como nos han revelado excavaciones arqueológicas recientes y que era el que frecuentaba San Isidro. Esas excavaciones también nos han mostrado muchos restos romanos y objetos carpetanos que nos cuentan que este lugar ha estado habitado desde el pasado más remoto.
Tiene orientada la cabecera mirando hacia oriente como es propio, en las iglesias medievales. Tiene ábside semicircular, con una bóveda de cuarto de esfera, que se une con el cuerpo principal por un tramo rectangular en el presbiterio.
Mampostería y ladrillo conforman toda la obra. Las naves se cubren con techumbre de madera, material que conforma también la decoración interior de la que hay que destacar un bello y sencillo techo mudéjar, un artesonado simple pero de gran elegancia. .Se han conservado algunos restos de pinturas medievales en las que los colores predominantes son el rojo y el negro.
La portada es fantástica con tres arcos arquivoltados de medio punto, el central lobulado. La torre también muy bien conservada, rectangular, maciza excepto en la parte de campanario tiene 20 metros de altura.
El arquitecto Pedro Iglesias fue el encargado de restaurar y rehabilitar la ermita desde el año 2000 al 2002.
Una joya olvidada en Carabanchel que bien merece un paseo, eso sí, verla por dentro no parece muy fácil, en principio abre los sábados a las 11 horas.
Un abrazo.
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