Día de Navidad de 2015, nuestro 365 días en Madrid camino de finalizar, la noche de ayer Nochebuena, ha sido el comienzo de las fiestas navideñas, de comidas y cenas familiares, con amigos y compañeros de trabajo. Buena parte de esas comidas y cenas acaban con dulce, y no podíamos olvidarnos de que en Madrid hay establecimientos señeros en lo que se refiere a elaborar esos manjares, ya hablamos aquí de otra institución, La Mallorquina, las protagonistas de hoy tienen historias paralelas y con muchos puntos comunes: la confitería el Riojano y Casa Mira, el Madrid más dulce.
Comenzaremos por la Confitería El Riojano, se encuentra en la calle Mayor número 10 y es una de las pastelerías más antiguas de Madrid, fundada en el año 1855. Su fundador Dámaso Maza, riojano, era el pastelero de la reina María Cristina de Hagsburgo.
Llama mucho la atención la decoración de estucados en el techo, las lámparas y apliques isabelinos, y, los magníficos mostradores y vitrinas de la tienda, que fueron construidos por los ebanistas reales con madera de caoba de Cuba, un regalo de la reina María Cristina a su pastelero, además de ricos bronces y mármoles de Carrara.
Todavía se conserva el horno primigenio de leña, ahora (fuera de uso), la caja registradora y la antigua báscula. Verdaderas joyas.
El Riojano alberga además una gran historia, Maza no tuvo descendencia y dejo su negocio a sus dos maestros pasteleros. Estos, unieron en matrimonio a sus hijos para garantizar la unión personal y laboral del negocio. Así se mantuvo durante siete generaciones hasta que los actuales propietarios, la historia se repite, lo recibieron de sus jefes por falta de descendencia. Una increíble historia de empresa familiar.
Otra particularidad del Riojano es preservar los típicos dulces españoles y, los madrileños, como los bartolillos (una especie de pastel con crema pastelera), el merengue o los azucarillos; dulce típicamente madrileño hecho con azúcar que se pone en agua y produce una bebida digestiva que antaño la gente tomaba después de beber chocolate caliente o licores.
Otra curiosidad más, sus famosas Pastas del Consejo. Inventadas en la época de Alfonso XIII, fueron una petición de la reina. El rey tenía que participar en los consejos de ministros aunque aún era un niño y se aburría soberanamente (lo que tiene ser rey). La reina pidió a Maza que preparase un dulce especial para que el futuro rey estuviera motivado y dispuesto esperando la hora del desayuno para disfrutar del nuevo dulce.
Casa Mira ofrece el “mejor turrón de España”, así de contundente es su publicidad, un turrón artesano y tradicional. Se ubica muy cerca de las Cortes y de la Puerta del Sol, en pleno Madrid de los Austrias, en la Carrera de San Jerónimo número 30.
Luis Mira un maestro artesano del turrón de Jijona probó suerte en Madrid. Salió de Jijona con un carro tirado por dos burras, cargada de turrón, y emprendió camino hacia Madrid. La leyenda cuenta que tuvo que reiniciar su viaje cuatro veces, ya que vendía todos los turrones antes de llegar a Albacete.
El negocio comenzó en el año 1842 en un puesto en la Plaza Mayor y abrió su local actual precisamente en 1855, como El Riojano. El negocio de Luis Mira, que tenía 21 años cuando llego a Madrid, es hoy en día es una de las tiendas de turrón más significativas de Europa.
Mira tuvo cinco hijos, cuatro niñas y un varón que murió a los veinticuatro años. Su hija mayor Carlota Mira, casó con el alicantino Vicente Ibañez, que tomo las riendas de la empresa a la muerte de su padre. El actual propietario es ya la sexta generación. Es el tataranieto del fundador Luis Mira, el que regenta hoy el negocio.
Otro negocio familiar que ha resistido el paso del tiempo, dos negocios centenarios que exhiben con orgullo sus correspondientes placas de Mingote que les certifica como comercios centenarios de Madrid.
Dos paradas frecuentes en nuestras rutas en bicicleta de mercados y comerciantes.
Un abrazo y feliz navidad.
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