Estamos en marzo y en 365 días en Madrid volvemos al Prado como cada mes. Para visitar una de esas 12 obras imprescindibles.
La obra elegida es El jardín de las delicias, una de las obras más conocidas del pintor holandés Jeroen van Aken, conocido como Jheronimus Bosch, El Bosco. Nacido a mediados del siglo XV en el seno de una familia de artesanos pintores de la ciudad holandesa de Hertogenbosch. Se trata de una obra monumental, un tríptico pintado al óleo sobre tabla de 220 x 389 cm. Compuesto de una tabla central y dos laterales que se pueden cerrar sobre aquella.
Es una obra de contenido simbólico, claramente moralizante, muy del gusto de la época. El rey Felipe II fue gran admirador del pintor, adquirió el tríptico en 1593 y llevo está obra al Monasterio de El Escorial.
Esta considerada como una de las obras más fascinantes, misteriosas y atrayentes de la historia del arte, el cuadro forma parte de los fondos de exposición permanente del Museo del Prado de Madrid, donde llegó a raíz de la Guerra Civil entregado por la Junta Delegada de Incautación, Protección y Conservación del Tesoro Artístico Nacional, en 1936 y reconocido posteriormente como un depósito por Patrimonio Nacional.
Recientemente ha saltado la polémica por que ha corrido el rumor de las pretendidas pretensiones de Patrimonio Nacional de llevarse al Museo de las Colecciones Reales que se prevé abra en 2016, algunos cuadros del Prado, entre ellos El Jardín de las Delicias, pero parece que el sentido común ha imperado y está maravilla seguirá en El Prado.
Un abrazo.
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