Como cada mes volvemos al Prado para visitar una de esas 12 obras elegidas, una por mes.
Nos fijamos en una obra impresionante de Rogier van der Weyden, o Roger de la Pasture, según se prefiera la denominación flamenca o francesa. Nacido en Tournai, en 1399 o 1400 es un gran maestro del siglo XV.
En esta obra, Van der Weyden se enfrenta con un problema, encajar un gran número de personajes y una escena de gran complejidad en una tabla de dimensiones no muy grandes estipulada previamente por quien ordeno el encargo, el gremio de los ballesteros de Lovaina, para una iglesia. El cuadro mide unos 2,6 metros de ancho por 2,2 de alto.
Fue adquirido por la regente de los Países Bajos María de Hungría, hermana de Carlos V. Su sobrino el príncipe Felipe se lo compró, para llevarlo a España en 1555. Sí, Felipe II.
La vida del cuadro ha sido azarosa, sufrió un naufragio, pero resistió gracias a su embalaje. Estuvo en la capilla del Pardo en las proximidades de Madrid. El rey encargó a Coxcie una réplica, para la capilla del Pardo, el original se llevaría a decorar el Monasterio de El Escorial.
En la Guerra Civil se envío temporalmente a Ginebra, junto con tras grandes obras del Museo del Prado. Regreso a España en 1939.
Una obra imprescindible en tu visita a Madrid.
Un abrazo
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