El Canal de Castilla, es la mejor herencia de la España Ilustrada. El proyecto más relevante de la ingeniería civil de la época. Casi 200 kilómetros de canal que atraviesa Valladolid, Palencia y Burgos y que podemos recorrer cómodamente en bicicleta.
El objetivo principal de su construcción fue servir como vía fluvial de comunicación y transporte para acabar con el problema de aislamiento al que estaba sometida la meseta castellana y leonesa, debido a una orografía complicada y una deficiente y mal conservada red viaria, que dificultaba y hacía casi imposible el transporte de los excedentes agrarios de la región, cereales en su mayoría.
A mediados del siglo XVIII, Fernando VI y su ministro más influyente, el Marqués de la Ensenada, empezaron a pensar en un ambicioso plan para desarrollar la economía de España, plan en el que tendría enorme importancia las obras públicas relacionadas con la comunicación.
El Marqués de la Ensenada propone a Fernando VI la construcción de una red de caminos y canales de navegación pensados para Castilla, al ser, por entonces, la principal productora de cereales, inspirados en los grandes proyectos de canales de la vecina Francia.
Dos años tardó, el ingeniero Antonio de Ulloa, en preparar el “Proyecto General de los Canales de Navegación y Riego para los Reinos de Castilla y León” basado en otros trabajos previos del ingeniero francés Carlos Lemaur.
En el proyecto inicial se contemplaban 4 canales, que unirían Segovia con Reinosa, con la intención de, en un futuro, atravesar la cordillera Cantábrica y poder llegar al mar por el puerto de Santander.
1. El Canal del Norte pretendía unir Reinosa (Santander) con el sitio de Calahorra de Ribas (Palencia). De este tramo se llega a construir desde Alar del Rey hasta Calahorra de Ribas.
2. El ramal Canal de Campos, que continuaría desde Calahorra de Ribas (Palencia) por la comarca de Tierra de Campos hasta Medina de Rioseco (Valladolid), se construye en su totalidad.
3. Canal Sur, que tomaría las aguas del Canal de Campos en el sitio conocido como el Serrón (Grijota), para desembocar en el Río Pisuerga en Valladolid, y que también se construye en su totalidad.
4. Y el Canal de Segovia, que uniría Segovia con Villanueva de Duero (Valladolid). Un tramo que nunca fue realizado……
Las obras de este gigantesco proyecto dieron comienzo el 16 de julio de 1753 en Calahorra de Ribas, término municipal de Ribas de Campos (Palencia), bajo la dirección de Antonio de Ulloa y el ingeniero jefe Carlos Lemaur, en el tramo conocido como Ramal de Campos. Al año de haberse iniciado se paralizan, habiéndose construido hasta ese momento 25 km aguas abajo, desde Calahorra de Ribas a Sahagún el Real (cerca de Paredes de Nava).
Posteriormente, en el año 1759 las obras se reanudan, pero esta vez se acuerda iniciarlas en el estrecho de Nogales, cerca de Alar del Rey, comenzando de esta forma la construcción del Ramal del Norte, siendo finalizadas las obras de este ramal en agosto de 1791, cuando las aguas del Norte se unen con las del Ramal Campos en el lugar de Calahorra de Ribas.
Guerras, crisis económicas y sociales ralentizan el proyecto que sufre nuevos parones y problemas de mantenimiento, A comienzos del siglo XIX la situación del Canal era pésima.
Fernando VII, determina que el Erario Público no puede seguir sufragando el coste de la obra, y dicta, en septiembre de 1828, una Real Orden para que el proyecto pudiera ser ejecutado por una empresa privada.
De esta forma, en 1831 el Estado concede a la “Compañía del Canal de Castilla” la explotación del Canal durante 80 años. Finalmente las obras finalizan bajo el reinado de Isabel II en 1849, con la configuración que conocemos hoy.
Así el 14 de diciembre de 1849 comienza la explotación del Canal de Castilla; navegación, fuerza hidráulica, regadío y pesca por la “Compañía del Canal de Castilla” y un periodo de 70 años, una vez concluidos estos revertirá de nuevo al Estado, que es quien lo administra desde entonces, dependiendo en la actualidad la gestión y explotación a la Confederación Hidrográfica del Duero.
Aunque la navegación comenzó por el ramal Campos-Norte a finales del siglo XVIII, la época de mayor esplendor tuvo lugar una vez concluido todo su recorrido actual, entre los años 1850-1860, cuando las barcas que surcaban el Canal superaban las 350, la mayoría de ellas de propiedad privada.
La apertura de la línea férrea Valladolid-Alar del Rey, con un trazado casi paralelo al del Canal de Castilla, motiva que el Canal de Castilla vea truncada su utilización “como vía de transporte y comunicación”. Aún así el Canal sigue proporcionando otros usos derivados de la fuerza motriz del agua, generando un desarrollo económico e industrial en las localidades por las que discurre y propiciando el nacimiento de fábricas de papel, harinas, cueros, molinos, armas e incluso astilleros. El Canal de Castilla ya no solo era una vía de comunicación y una arteria para irrigar los sedientos campos de Castilla, también fue responsable del despertar industrial de la Región.
Así lo define Raul Garrido, autor del estupendo libro “Castilla en Canal”; que relata además que “la ruta del canal es impresionante a la que por desgracia apenas se presta atención”, mantiene un carácter de peregrinaje laico, en contraposición con el religioso del Camino de Santiago.
Ambos caminos se cruzan en la localidad palentina de Frómista, dando forma a un enclave que Raúl Guerra Garrido calificó como “casi sagrado”. “En España fe y razón siempre se han cruzado de mala manera, y Frómista tiene un carácter casi mágico por la comunión de ambas ideologías.
Sólo con la vista de la esclusa cuádruple del Canal al llegar a Fromista y la Iglesia románica de San Martín habrá merecido la pena el viaje.
Construir el Canal llevo aparejada la construcción de esclusas para controlar el nivel de las aguas y permitir que las barcazas salvaran los desniveles. También, presas y azudes para controlar el flujo de agua de toda la obra. La manufactura de la primera época son bellísimas.
Dársenas, dónde las barcazas cargaban y descargaban sus mercancías y que hoy permanecen como testigos de un pasado cargado de historia.
Tracción a sangre.
Las barcazas que recorrían el Canal, se movían por un sistema combinado de arrastre y vela, pero con el paso del tiempo sólo se mantuvo el arrastre mediante caballerías como fuerza motriz. Tracción a sangre, para mover barcazas que llegaron a sobrepasar los 20 metros de eslora y 4 metros de manga. Podían transportar hasta 50 tm. y eran arrastradas por 2 o 3 mulas.
Esas mulas circulaban por los Caminos de Sirga, siempre del lado derecho en el sentido de la marcha.
Hoy esos Caminos de Sirga son ideales para nuestras rutas en bici, el Canal de Castilla es una ruta muy accesible en muchos de sus tramos, debido a su escasa pendiente. Una ruta cargada de historia, de patrimonio, Medina de Rioseco, Dueñas, la mencionada Fromista y por supuesto Palencia, una delicia no muy conocida y Valladolid, una ciudad monumental y con una activa vida cultural.
El Canal nos lleva a todos estos pueblos y ciudades con un recorrido cómodo y accesible a todos los públicos.
El Canal, dejo de cumplir su función original pero hoy sigue generando riqueza a sus pueblos ribereños y nos invita a recorrerlo sin prisas, empapándonos de recuerdos y vivencias.
Un recorrido que podremos disfrutar en varias etapas y en el que la mayor parte de los tramos son aptos para recorrer con niños.
Una puerta de entrada para conocer Castilla.
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