Nuestro Ángel Caído es el remate de una fuente, una original escultura en bronce de Lucifer, obra del artista madrileño Ricardo Bellver y Ramón . El escultor madrileño de origen valenciano, pensionado en Roma desde 1875 por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, realizó, durante su tercer año en la capital italiana, una escultura en yeso que, con una altura de 2,65 metros, resultaría finalmente su obra más celebrada: la Estatua del Ángel Caído.
El modelo de la escultura había sido realizado por el escultor , como un homenaje al poema épico de John Milton “El Paraíso Perdido”.Dicha figura, fue reconocida y admirada desde el primer momento por los artistas italianos de la época, fue presentada al año siguiente de su construcción a la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1878, en donde obtuvo la Medalla de Primera Clase.
Ese mismo año se decidió reproducirla en bronce en la parisina Fundición Thiebault-Fils. El rey Alfonso XII decidió sufragar los gastos de su fundición, facilitando su presentación en la Exposición Universal de París del mismo año (que sólo admitía piezas en mármol o bronce), siendo allí también muy reconocida.
Tras la exposición la escultura regreso a Madrid y paso a formar parte de la colección del Museo Nacional de la Trinidad (formado con obras de la Desamortización de 1834 y que luego se integró en el Museo del Prado) hasta que en 1879 , Benito Soriano Murillo director del Museo en aquella época recomendó que la obra estuviera expuesta al aire libre y así fue cedida por el Estado al Ayuntamiento de Madrid.
Se encuentra en el centro de la Glorieta de igual nombre, lugar donde confluyen la Avenida de Fernán Núñez y los Paseos de la República de Cuba y de Uruguay. Fue inaugurada en su actual ubicación por la reina regente María Cristina de Habsburgo en 1885. Este espacio estaba casi vacío desde la destrucción durante la invasión francesa de la Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro. Anteriormente, habían existido aquí otras construcciones, como la Ermita de San Antonio Abad, o de San Antón, construida durante el reinado en España de la Casa de Austria y que fue sustituida, en tiempos de Carlos III, por la mencionada Fábrica de Porcelanas. parece que después de la fábrica, reinando Fernando VII hubo otra escultura de la que apenas ha quedado recuerdo.
Desde los años 90, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando hay una copia de El Ángel Caído en resina de poliéster sobre un molde de silicona
Una curiosidad más sobre nuestra escultura, la Glorieta del Ángel Caído se encuentra a una altitud de 666 metros sobre el nivel del mar. En el libro del Apocalipsis, 666 es el número que corresponde a un ser humano relacionado con la Bestia y que hace su aparición en el último tercio de la visión apocalíptica. ¿Casualidad?
Eso sí, no es la única escultura del Diablo de mundo como se suele decir, pero desde luego eso no le resta valor a nuestro querido Ángel Caído que sigue mirando al cielo, mientras nosotros seguimos pasando en nuestros recorridos en bicicleta por Madrid, y las legiones que le acompañan hoy son más de patinadores y paseantes que de figuras del Averno.
Un abrazo.
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