Cocheras de Cuatro Caminos (3)Las cocheras y talleres del Metro de Cuatro Caminos forman parte de las construcciones originales del Metro de Madrid inauguradas el 17 de octubre de 1919. Junto a la estación de Chamberí es uno de los pocos testimonios que quedan del Metro original. Casi todos los elementos originales han ido desapareciendo, como los ascensores de Sol en 1931, o los de la Red de San Luis en 1972. También ha ido desapareciendo la decoración original de las estaciones, destruida u ocultada en sucesivas reformas. 

Hoy son una excelente muestra de Patrimonio Industrial de Madrid, en grave riesgo de desaparecer e incluidas en la Lista Roja del Patrimonio, esperemos que puedan conservarse y ponerse en valor ya que serían el lugar ideal donde contextualizar la increíble colección de trenes históricos que posee el Metro de Madrid.

La Compañía del Metropolitano Alfonso XIII eligió como arquitecto a Antonio Palacios Ramilo, que en esa época estaba ya en la cima de su carrera, compartida con su socio Joaquín Otamendi, hermano de uno de los socios fundadores de Metro. Se encargó del diseño arquitectónico de las estaciones y de aquellos elementos donde el metro adquiría presencia urbana.

Bocas de metro, ascensores, subestaciones y talleres formaban un conjunto, con una identidad visual reconocible y compartida por todos los elementos, con una arquitectura reconocible.

La construcción del Ferrocarril Metropolitano Alfonso XIII comenzó por el tramo Glorieta de Cuatro Caminos-Sol, hoy englobado dentro de la Línea 1.  Las Cocheras tienen además de interés histórico, interés artístico por su originalidad, y también un interés constructivo, se trata de una tipología constructiva muy vanguardista en su planteamiento (estructura ligera y desnuda, carente de fachadas monumentales), con un diseño innovador con perfilería muy estilizada, que las convierte en un ejemplo muy singular y de gran interés para Madrid.

Hay voces que dicen que las instalaciones son obsoletas, que interrumpen la trama urbana, que la solución es eliminar el obstáculo. Esa ha sido siempre la solución que se ha adoptado en Madrid y por eso conservamos tan poco de nuestro pasado. Necesitamos soluciones más imaginativas, que permitan convivir el pasado y el presente con vistas a un futuro que pueda disfrutar también del patrimonio. Un ejemplo excelente de apuesta diferente es la High Line, un parque urbano elevado, construido sobre una antigua línea de ferrocarril en Nueva York, que hoy es un espacio muy popular y dinámico.

A pesar de que años de abandono, le han conferido una aspecto muy  mejorable, es un elemento arquitectónico de gran valor que merece ser conservado y conocido.

Un abrazo.