Casino Militar (2)El Centro Cultural de los Ejércitos, conocido popularmente como Casino Militar fue construido por el arquitecto Eduardo Sánchez Eznarriaga en 1916 (este arquitecto también realizó los teatros Calderón -antiguo Odeón-, Alcázar y Beatriz), coincidiendo con la inauguración del primer tramo de la Gran Vía, entonces comprendido entre la calle de Alcalá y la Red de San Luis y  que fue bautizado con el nombre de avenida del Conde de Peñalver.

Con un estilo indeterminado, entre el modernismo y el clasicismo, estilo que llego a denominarse Alfonso XIII en línea con el Art Nouveau francés. El edificio tiene fachadas a la Gran Vía y las calles Clavel y Caballero de Gracia. Destaca su original visera en la entrada, situada en la calle Gran Vía 13,  una marquesina de hierro y cristal que cubre el acceso al interior. Cuenta con algunas espléndidas vidrieras emplomadas de la afamada casa Maumejean.

Alfonso XIII inauguró el inmueble, el 16 de noviembre de 1916 y estampó su firma en el libro de oro del Centro Cultural.

Muy recomendable es su restaurante donde podemos disfrutar del menú del día (solo abre para las comidas de mediodía) en un ambiente muy particular, con estupendas vistas si tienes la suerte de que te toque junto a una ventana ya que está situado en la segunda planta. Sólo subir las escaleras nos da idea del valor del conjunto.

Cuentan con una sala de esgrima, de la que se dice que es la más antigua de Europa, aquí se imparten cursos de esgrima.

Pero el tesoro del Casino es su imponente biblioteca, especializada en temas militares. Cuenta con miles de ejemplares, muchos de ellos de los siglos XVI y XVII, e incluso posee un incunable, datado en 1487.

Una curiosidad más, sobre la puerta un pequeño escudo con el antiguo adagio latino SI VIS PACEM, PARA BELLUM : que podemos traducir por: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”. Proviene de un antiguo texto romano, Epitoma rei militaris, escrito por Flavio Vegecio a fines del siglo IV de nuestra era. Por desgracia parece que sigue teniendo validez. Cuando paséis por la Gran Vía no dejéis de deteneros para disfrutar de este espacio singular.

Un abrazo.