La Casa de Pérez Villaamil es un excelente ejemplo del modernismo en Madrid, el segundo en antigüedad, después del Palacio de Longoria de José Grases Riera, convertido desde 1950 en la Sociedad General de Autores de España. Está situada en el barrio de las Letras, en el número 12 de la plaza de Matute.
Desde su diseño inicial el edificio siempre ha estado destinado a viviendas. Un capricho del ingeniero Enrique Pérez Villaamil, que se reservó la última planta y el ático, para su residencia privada, un dúplex, en una época en la que no existían los dúplex.
Es obra del arquitecto Eduardo Reynals y Toledo, al que podríamos considerar un visionario, un precursor junto con Grases del modernismo en Madrid. Diseñada en el año 1906, se finalizó en 1907.
Para esta obra Reynals eligió el estilo art nouveau, tendencia franco-belga del modernismo de finales del XIX y principios del XX. Su obra tiene un gran reconocimiento y por su calidad, se compara con otros edificios destacados del modernismo europeo. A mi me gusta especialmente su visión integradora de la arquitectura y las artes decorativas y las alusiones directas a la obra de Víctor Horta.
Al estar situado en una zona, entre Atocha y Huerta, con muchos turistas, muy cerca de la Plaza de Santa Ana, es frecuente que llame la atención y se detengan para poder apreciar mejor la belleza de la fachada.
En esa fachada, muy elegante, podemos ver motivos vegetales y apreciar la forma redondeada y asimétrica de los balcones.
Las rejas de la puerta ocultan un interior con frescos de motivos florales de las paredes, magníficas vidrieras y el forjado de vigas y farolas que iluminan cada planta. El trabajo del escultor Salvador Llongarríu dió forma a la decoración floral. El herrero José García Nieto hizo lo propio con la forja artística y el ebanista, Antonio Maldonado, hizo los trabajos de carpintería.
Dicen que su colección de vidrieras es la mejor de Madrid, probablemente ningún otro edificios de viviendas tenga unas de tanto valor. Están en las escaleras, ventanales, mamparas, puertas, y como no podía ser de otra forma son de la Casa Maumejean, como la gran cúpula del edificio de Las Cuadrigas, la Iglesia de Santa Teresa y San José o el Casino Militar, otra muestra de art nouveau en Madrid.
En definitiva una muestra excelente del modernismo madrileño que nos sirve para reivindicar que no sólo en Barcelona hay modernismo.
Un abrazo.
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