Estamos en invierno y aunque este año el “buen” tiempo se niega a marcharse, ya se nota el frío y en esos días gélidos, entra de miedo un buen plato de cuchara. Hoy nos vamos hasta la calle Príncipe de Vergara número 6, en el cruce con Jorge Juan, muy cerca del Parque del Retiro. Te quiero presentar Casa Maravillas, un restaurante con una decoración muy castiza, heredero del antaño muy conocido “Casa Puebla” que abrió en el año 1900.
En esta época de cocina fusión, Casa Maravilla es un reducto de gastronomía española y su plato estrella el cocido madrileño. Pero hay mucho más: croquetas, sardinas en vinagre, rabo de toro estofado o bacalao rebozado y postres como la quesada o las torrijas. Vinos de la D.O. Madrid, algo que se agradece y mucho, hay que reivindicar los productos de Madrid, los productos cercanos, del territorio.
El cocido madrileño tiene tras de sí una larga historia, para muchos se trata de una evolución de la Olla Podrida Manchega. Un plato frecuentemente mencionado en la literatura de nuestro Siglo de Oro como, en El Quijote. A finales del siglo XVII se empezó a denominar cocido madrileño y hoy es un símbolo de la gastronomía madrileña. En Madrid hay muchos lugares que han llevado al cocido a cotas muy altas de popularidad como el Malacatín, La Bola o Lhardy.
El cocido es un plato que encaja perfectamente con el concepto slow food, ni se prepara rápido, ni se come rápido. Necesita su tiempo y solemos tomarlo en compañía. En Casa Maravillas nos explican claramente el ritual, cocido servido en tres vuelcos. Las tres veces que se rellena el plato. El primero, el caldo, con sus fideos. Ideal para este momento de fin de otoño y el invierno. El segundo, los garbanzos y las patatas, plato ya muy consistente. El tercero, la carne, las viandas, el remate final. Para comer sin prisas, disfrutando. Elegir un sólo sitio no sería justo, así como os dejamos algunas recomendaciones, espero que os gusten y nos lo contéis.
Un abrazo y buen provecho.
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