Francisco Carlier remodeló las torres del Palacio de El Pardo al estilo de los palacios franceses y construyó la Capilla Real, modificó el viejo claustro con balcones angulares en galería al mismo tiempo que cerraba las antiguas galerías de zapatas imprimiendo unidad a los cuatro lienzos del interior.
Aparte de la reparación de La Quinta en 1746, y de varias construcciones funcionales alteradas o desaparecidas, la principal actuación de Carlier en El Pardo fue la reforma del palacio construido por los Austrias, para alojamiento de la familia de Felipe V.
De todo el conjunto original de Felipe II Carlier elimino algunos elementos en su nueva distribución interior. Eliminó la capilla, y decidió levantar otra, más grande, para que sirviese como parroquia del Sitio, junto al palacio. La decoración está alterada a causa de la reforma llevada a cabo por Villanueva y González Velázquez tras el incendio de 1806, la estructura espacial del interior, especialmente el octógono a modo de crucero y bordeado por un deambulatorio continuo, y el rigor en la articulación de los elementos revelan unos planteamientos arquitectónicos más racionalistas que las tendencias italianas vigentes en la época.
Carlier, francés, era hijo de otro arquitecto, René Carlier, que trabajó en el diseño y realización de los jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, en Segovia.
La obra más conocida de Carlier en Madrid es la Parroquia de Santa Bárbara, obra cumbre del Barroco madrileño.
Un abrazo.
Deja tu comentario