Marmoles Molina (3)Hoy nos detenemos en una obra considerada menor de José Urioste Velada, este arquitecto nacido en Don Benito, Badajoz en 1850, trabajo mucho en Madrid. Algunas de  sus obras más conocida son las Puertas principales de acceso al Retiro (como Puerta de la Independencia, la Puerta de España y Puerta de Hernani). Ya mencionamos aquí que Puerta de la Independencia estuvo situada inicialmente en el Casino de la Reina en la Ronda de Toledo, desde donde fue trasladada para servir de entrada del Retiro.

Entre sus obras en Madrid, que irán desfilando por nuestro 365, están: el edificio de la antigua casa-palacio de los duques de Sueca y Alcudia ( hoy muy famosa por su aparición en la serie El Ministerio del Tiempo). El del Museo Lázaro Galdiano (Antiguo palacio “Parque Florido” y sede editorial La España Moderna) ubicado en la calle Serrano y parada en muchas de nuestras rutas en bici de jardines escondidos, o el edificio del Instituto Oftálmico  en la calle General Arrando de Madrid.

Y claro el protagonista de hoy el antiguo almacén de Mármoles Molina ubicado en la calle Concepción Jerónima, número 20, muy cerca de La Latina y Plaza Mayor. El arquitecto y urbanista Urioste era aficionado a emplear elementos tanto neoplaterescos como neomudéjares. Un intento de crear una arquitectura española, recurriendo a los estilos predominantes de las épocas gloriosas de España (Reyes Católicos, la España Imperial…). Con estos fundamentos Urioste dio a conocer en Europa una particular arquitectura nacionalista con la construcción del Pabellón Español para la Exposición Universal de París del año 1900.

Del edificio de finales del XIX sólo se conserva la fachada que nos recuerda a edificios renacentistas. A principios de los años 90, el edificio fue derribado por su nueva propietaria la empresa Día Textil que abrió un comercio de productos textiles.   Cómo la fachada histórica de Mármoles Molina, estaba protegida por el Plan General del Ayuntamiento de Madrid, tuvo que ser  instalada de nuevo después de la reforma.

Allí sigue, sorprendiendo y lanzándonos un guiño burlón, tratando de engañarnos con su estilo sorprendente en una ciudad como Madrid.

Un abrazo.