Llega San Isidro y nos pillará con la mochila preparada. Nuestro destino: Vitoria y la Vía Verde del Vasco Navarro.
El origen de la línea era unir, las conocidas entonces como Vascongadas con Navarra. El proyecto se remonta nada menos que al año 1882, aunque no se inauguró hasta 1927. Unió las estaciones de la localidad jacobea de Estella en Navarra, con la de Mekolalde en Guipúzcoa, pasando por Vitoria. El antiguo trazado del ferrocarril cruza de norte a sureste toda la provincia de Álava y se adentra por la Llanada Alavesa y la Montaña hasta Tierra Estella.
El último tren en recorrer esta vía lo hizo en la Nochevieja de 1967. Hoy es una estupenda Vía Verde perfecta para nuestros recorridos en bicicleta, un ejemplo de buen hacer y de mejora continua.
Nos dejó como legado unas estaciones, testigos de esa época en que el tren era un medio de transporte fundamental que vertebraba el territorio. El estilo artístico “old english” del siglo XIX dio forma a los edificios que vigilaban la marcha del tren. El tren adoptó distintos nombres según la zona: Transarlabaniano, Trenico, Cangrejero, surcaba un paisaje de colores suaves y tierras de cereal que se despliegan en torno a esta ruta horadada entre montañas.
Es muy llamativo el desfiladero de Arquijas. Se trata de un barranco encajado entre la Sierra de Loquiz y las peñas de Costalera. El paso se salva por un viaducto de nueve arcos y 30 metros de altura. Una impresionante obra de ingeniería con ecos bélicos que recuerda la primera guerra carlista y a uno de sus protagonistas, el general Zumalacárregui.
Aunque sin duda los puntos fuertes del recorrido son Estella y su Camino de Santiago y por supuesto, Vitoria, capital verde europea, ciudad acogedora que nos ofrece una gastronomía sobresaliente y en la que podremos disfrutar de sus famosos pintxos.
Estaremos instalados en un hotel estupendo y muy céntrico, el NH Canciller Ayala en Vitoria.