Este es un viaje para disfrutar del pedaleo y de los fantásticos lugares que encontraremos por el camino. El terreno es prácticamente llano y las etapas de entre 25 y 50 km, según los días.
ITINERARIO
Llegada a Rennes, por cuenta del viajero. La capital bretona nos ofrece varias sorpresas que pronto te conquistarán. La ciudad combina a la perfección arquitectura histórica y moderna, su pasión por la gastronomía y el orgullo de su historia.
Comienza el viaje bajando por la primera esclusa del canal de Ille-et-Rance y comienza el recorrido por el camino de sirga. Bajo los árboles y por un camino agradablemente asfaltado, disfruta de un recorrido llano en medio de un paisaje montañoso.
Desde lo alto del pueblo de Hédé, descenderás por las 11 esclusas y continuarás tu viaje por el camino de sirga. En Tinténiac, en una antigua esclusa, un museo te contará la historia de los oficios tradicionales. En Pleugueneuc se llega al castillo de Bourbansais. Antes del último esfuerzo para llegar a Dinan, situada sobre un imponente afloramiento rocoso, cruzará Léhon, una de las pequeñas ciudades más bellas de Bretaña. Se entra en Dinan por el puerto.
A unos kilómetros de Dinan se abandona el canal para incorporarse a un bonito sendero construido sobre una antigua vía de ferrocarril. Este camino a lo largo de la campiña bretona te llevará a Dinard. Llegarás a Saint-Malo en barco como lo hicieron Surcouf y Cartier, navegantes y famosos corsarios de la ciudad.
Saldrás de la ciudad corsaria por la mañana para llegar al puerto de Cancale, disfrutando de la bici entre el campo y el mar. A lo largo del camino, las hermosas casas de armadores de los siglos XVII y XVIII enriquecen el camino.
Y por fin, ¡De camino a una maravilla arquitectónica del mundo! Entre las grandes playas y las praderas saladas, el recorrido de la Tour de Manche permite disfrutar de un acercamiento gradual al Mont Saint-Michel. Finalizas tu viaje a pie para llegar a la famosa abadía. ¡Una visita imprescindible!
Para tu último día tienes un último circuito matutino opcional. Toma altura para apreciar la grandeza de la bahía del Mont Saint-Michel. Por las pequeñas carreteras normandas, el camino te llevará hasta Roche Torin. Una atmósfera peculiar emerge de este lugar, a veces místico, con una vista privilegiada del Mont Saint-Michel.
